domingo, 6 de noviembre de 2011

Au revoir..

A estos últimos días podría deciros que han sido por extremo intensos, muchos de ellos han sido tan explosivos en emociones, en llantos, sufrimientos, alegrías, ideas que no he logrado realizar pues han sido diversas las formas que lo imposibilitan.

Detente tiempo un tanto –mientras me digo esto tan solo prendo un cigarro, acerco el cenicero que se encuentra en mi buró el cual pertenecía a mi abuela y le doy la fumada. No me hizo, no esperaba menos de él.

Cuando mi abuela murió fuimos muchos los que lloramos su ausencia, no concebíamos la idea de que ya nunca más estuviera ahí para nosotros –que frase tan egoísta acabo de escribir- el mundo para todos se nos volvió diferente en ese instante y por más que quisiéramos que no fuera así, no podíamos hacer nada para impedirlo. Fue hace ya tanto tiempo y yo tan pequeño.

Miro a mi alrededor y noto una caja roja al fondo del cuarto, unos uniformes de mi trabajo abultados en el sillón y unos libros verdes que apilados en una mesita. Es lo que quedo de mi padre que también hace tiempo se me fue, también derribo mi mundo como nadie más lo había hecho. Me quede con unas cuantas cosas de él, un trabajo que prácticamente me heredo y una literatura que no se si alguna vez se sentó a leer en algún lugar de la casa. Allí esta para mi, en diversas cosas, palabras, costumbres, sabores, comidas, recuerdos.

A nadie le pasa por la cabeza la idea de que algún día uno de nuestros seres más queridos abandone este mundo porque creemos que nada cambiara, ni debe cambiar. Que mal estamos.

Mi madre un vez me dijo –después de pasado un tiempo el fallecimiento de mi padre-, algún moriré por eso mejor me he dedicado a vivir. Me pareció triste, no por el hecho de que tuviera conciencia de la muerte si no porque no se había dedicado a vivir como debía de haberlo hecho desde hace mucho.

La muerte a rondado más por vida estos últimos días en que he vivido, hace poco estuve a punto de morir –el 16 de septiembre para ser exactos- siempre lo había querido pero ahora, todo fue diferente. Después de sentir la posibilidad de nunca más estar en este mundo, de no poder realizar todo aquello que quise me quebré, se quebró mi ser completamente y me arroje al llanto como un niño al que le quitan un dulce. Ya nada es lo mismo desde ese día. Tengo miedo.

Unos meses después volvió esa señora, no directamente conmigo si no, con alguien a quien quiero mucho –el hecho de que ya no este no implica un verbo en tiempo pasado. Se llevo a mi perro.

Tenía por nombre Domingo, un Bull Terry completamente blanco, me contagiaba todas las mañanas de su inmensa felicidad antes de irme a trabajar. Siempre me lloraba antes de marcharme y era al primero que escuchaba cuando llegaba a casa. Un día de la nada ya no pudo caminar más, me encontraba recostado en mi cama pensando en nada cuando escuche sus lamentos. Mi corazón se sobresalto cuando lo escuche y salí al patio a ver qué pasaba. La escena es imborrable para mi, verlo allí tendido en el suelo con sus ojos de tiburón blanco mirándome con sufrimiento, como pidiéndome que lo ayudase. Mi corazón en ese instante se rompió, nunca enfermo en todo el tiempo que estuvo conmigo y verlo ahora así me parecía increíble. Lo tome en mis brazos y me lamio la cara, como agradeciéndome, solo me quedo sonreír por su optimismo y su característica felicidad. Tome como pude mi cartera, el celular, las llaves de la casa y del auto y lo saque de allí en mis brazos.

Nadie me quiso ayudar, a nadie pareció importarle el hecho de que un perro estuviera enfermo –mi corazón sufrió más en ese momento, porque no hicieron nada por él, ni por mí. Mis ojos comenzaron a llorar, no era para menos. Ajuste el asiento para que quedara lo más inclinado posible y no se lastimara, fui en busca de un veterinario que lo atendiera pero fue en vano, era sábado casi siete de la tarde, ya no había ninguno en la ciudad que pudiera atenderlo.

Volvimos a casa alrededor de las nueve de la noche, hice llamadas a todos lados para saber quien me podía ayudar. Nadie estuvo allí. Saque a Domingo en mis brazos del auto, pasamos la cochera de la casa, la sala y llegamos a mi cuarto, lo tendí en el suelo sobre algunas cobijas que tenía allí sin usar y me miro nuevamente con sus ojitos negros como agradeciéndome. Le abrace, puse mi frente en su oreja y le dije que no se atreviera a dejar aun, “eres más fuerte que yo, que voy a hacer si ya no estás más”. Cenamos juntos esa noche, me acompaño en mi soledad mientras yo intentaba hacer una tarea, después nos quedamos dormidos los dos sin darnos cuenta y al poco rato desperté para apagar la luz pero a Domingo le asustaba la oscuridad y la deje prendida.

A la mañana siguiente lo lleve al hospital, lo pesaron, lo analizaron, le hicieron radiografías y nadie supo que era lo que tenia. Le recetaron mil medicamentos –así exagero, en realidad solo fueron cinco diferentes pero eran demasiados. Pasaba el tiempo y no mejoraba, primero dejo de levantarse sobre sus patas delanteras y pasaba todo el tiempo recostado. Después dejo de comer igual que siempre lo hacía, en ese momento me preocupe, me enoje con él, por el poco esfuerzo que hacía para seguir viviendo, porque quería abandonarme, no luchaba más por él, no luchaba más, ya no era él.

Dejó de tomar agua y los medicamentos ya no los quería más, la comida no la masticaba aun que se la metiera a fuerza por su boca, solo la escupía y me miraba con sus ojitos tristes para que no lo regañara. Me rompió más mi corazón, me tire en el suelo junto a él y lo abrace. No quería que se fuera aun.

El jueves veintisiete de octubre me hizo caso en todo, comió un poco, bebió bastante agua y se movía un poco más de lo habitual. Eso me dio más esperanzas y me alegro la mañana. Por la tarde era igual, comía, tomaba agua y no me devolvía los medicamentos, no me fue difícil como en otras ocasiones. Me dio gusto en todo lo que le pedía y me hizo feliz.

El viernes veintiocho de octubre no logre despertar para ir al trabajo, ese día dormí al revés en mi cama –con los pies en la cabecera- así podía dormir del lado que me gusta dormir y mirar a mi perro para saber que aun estaba bien. Esa mañana el sol era intenso, mi perro estaba sobre sus cobijas y una sabana azul cielo lo cubría del frio. Desperté y mire el reloj, eran las 10:30 de la mañana, demasiado tarde para irme a trabajar. Lo miré, allí tendido, logre darme cuenta que él también me miraba con sus ojitos negros. Me di cuenta que respiraba con dificultad pero me sentía cansado de tantos desvelos, cerré mis ojos y me quede de nuevo dormido. Volví a despertar, miré el reloj y eran las 11:00 de la mañana, había dormido media hora más. Miré nuevamente a mi perro tendido, ya no me miraba y me preocupé, me levante súbitamente de mi cama me arrodillé y toque sus patitas, estaban tan frías ya. Apoye mi frente sobre su pecho y comencé a llorarle, el llanto no se detenía, mi corazón ya estaba hecho pedazos para aquel momento, le pregunte que porque me abandonaba, quien me iba a ladrar, con quien iba a compartir mi comida, quien iba a cuidarme, quien iba a llorarme, quien iba a dormir conmigo, quien iba a hacer travesuras en mi cuarto mientras no estaba. Lo abrace por rato, no sé cuánto.

Tan solo me quedo cobijarlo de nuevo con su sabana azul cielo y decirle adiós, nos veremos de nuevo algún día, para correr de nuevo juntos, compartirte de mi comida, hablarte de las estrellas que se miran en el cielo, hablarte en francés e idiotamente creer que me entiendes –mon petit dimanche. Te voy a extrañar tanto, aun hoy me duele mucho tu ausencia, porque estuvimos más de diez años juntos.

Hoy, me siento como el payaso afligido que toca la balada triste de la trompeta, con una mirada vacía y nadie que pueda entender el dolor que siente.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Tan atomicos nuestros cuerpos.

Entre cada una de las afables palabras que salen de tu linda boca, tu rosada, aterciopelada y hermosa boca -que deseos de tenerle, besarle, morderle, tocarle- hasta cada una de las moléculas que transpira tu blanca piel -pecas por doquier, como si me encontrase frente al cosmos mismo- me mudo al interior de un caparazón, como metamorfosis.


-Jurame que me rescataras- le dije a no se quien y que nunca me respondio.


Suena un vals, con la intención de que nuestros atomos logren bailar a su ritmo. Dejales allí, en pares, con sus protones y neutrones entre lazados.


Y cuando pare la musica, se separaran... la revelación de sus intensas fuerzas nucleares.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Aferrate vida mia.

¡Sigo vivo! ¡Sigo vivo! Son de esas cosas que muy pocos celebramos, por diferentes razones, por que no hemos pasado la situación que nos haga re valorar lo que tenemos. En serio, ¿hace falta vivir tal experiencia para estar consientes de todo lo que podemos vivir? Hoy, hay tantísimas cosas que quisiera vivir, sentir, disfrutar. Hay tanto allí que no se completamente de lo que me estoy perdiendo..


Hoy quiero bailar, quiero gritar, quiero mirarte a los ojos y decirte cuanto te quiero. Quiero vibrar hasta lo máximo, quiero pisar el suelo frío por la mañana. Quiero abrazarte, quiero que me abraces con tanta fuerza que pueda sentir toda tu alma.

Quiero mojarme en la lluvia, quiero que mi corazón se acelere cuando te mire, quiero sonreír, quiero vivir.


Quiero una mañana donde pueda escuchar invierno sin que está se detenga un solo instante, quiero probar lo amargo, lo dulce, lo extraño. Quiero que me marquen la piel con tinta, quiero cortarme el cabello torpemente solo por puro gusto. Quiero ver amanecer todos los días, ver el sol como si fuera la primera vez.


Quiero caer para luego levantarme, quiero mirar el cielo en todas sus tonalidades. Quiero leer todo lo que llegue a mis manos, quiero escribir todo lo que ellas sientan que debe ser expresado. Quiero temblar de nervios, quiero sentir el aire en mi rostro, cerrar los ojos y sonreír disfrutando del suave soplo.


Es la primera vez que me aferro a la vida tan fuerte, es la primera vez que le digo a esa blanca flaca que no quiero irme con ella.. aun así, no me hubiera arrepentido de todo lo que hice en mi vida, si no, de todo lo que no hice en ella, de todo lo que me perdí por miedo.

domingo, 28 de agosto de 2011

Juguemos..

(Transforme su nombre a numeros. Los que sean mayores que 10 sumelos. Lea el enunciado correspondiente dependiendo del numero que corresponda a su letra. FIN)

1.Mirando al cielo, queriendo desifrar lo infinito. 2.Alborotando cada una de las celulas que te integran. 3.Sumergido en lo más profundo de tu ser.

4.Dibujando tus pensamientos, que quiero ser detonante de tu creatividad. 5.Te secuestro en tus sueños y te quedas aqui hasta que quiera. 6.Muriendo atiborrado de la soledad que me provocas

7.Insufrible ante tus desprecios, como acostumbrado a cada uno de ellos. 8.Decorando las paredes con cada uno de los besos que no me diste.

9.No me consuelan más tus caricias, no me complacen más tus palabras pero sigo siendo adicto a ti.

10.Si me disculpas, voy a fumarme tu recuerdo en el balcon esta noche. 1.Mirando al cielo y queriendo desifrar lo infinito.

En si no dice nada, solo una serie de frases que me gustaria decirte.

miércoles, 17 de agosto de 2011

De la luna a tu interior.

Hoy escribo con tinta azul fuerte sobre una hoja blanca que no existe en ningún lado, al menos así lo imagino y ojala y usted también. Comenzare aludiendo sobre alguna de las vastas historias que pudiera vivir cualquier persona en su propio mundo.

Como director de orquesta, pongo orden a mis ideas, marco el compás y que se inunde la tierra de notas musicales; todas ellas presentes. De esas ocasiones en que todo inicia en la luna, ese satélite natural que se encuentra lejano, lleno de cráteres de tamaños diferentes. [Suena Mozart y su Concerto kv de fondo].

Me encuentro en tu lado más oscuro, y no quiero irme de aquí, por que me siento como en casa. Seré tu conejo, aquel que resguarde tu lado desconocido, el que conozca tus más íntimos secretos, el que haga volar tu imaginación. ¿Sientes en tu piel marcada, como brincoteo por ella al ritmo de mi canción? [Suena Paganini Caprice No. 17].

Desollame, desnúdame, desgárrame tiernamente la piel con tus afiladas uñas, escucha como susurro en tu oído cada uno de mis quejidos que provocan tus rasguños, divídeme en miles hasta quedar en polvo sobre tu mesa. Aspírame vilmente y así poder multiplicarme en tu sangre por siempre.

Mude a ti por siempre, mi recuerdo allí nadando en todo tu interior intacto, donde nadie más podrá estar. Que se acabe el mundo, que se terminen las palabras, que se detenga el tiempo y las estaciones pero yo seguiré aquí, recorriéndote toda por la eternidad. En cada amanecer, en cada anochecer. Que el invierno nos mate, que nos lleve al infierno, que nos cuelguen por el cuello en un árbol muerto hasta quedar en los huesos.

Desperté, no era invierno aun; es un verano cualquiera sin ti aquí cerca. [Sonó Vivaldi con Winter].

viernes, 12 de agosto de 2011

Consecuencias tímidas del cósmico amor sin sabor a vos.

Incipiente. Desde la medula ósea hasta el ultimo átomo que se encuentra en mi. Abovedado entre vuestras tímidas piernas, queriendo improvisar una danza mundana. Muriendo entre las imágenes dantescas que se revuelcan sobre los granos de arena, simulando un choque de galaxias, creyendo en la improbabilidad de ser yo.

Girad, que a la vuelta de la esquina se encuentra las sensaciones más sádicas que pudieres vivir. Homenaje a un Conde que filosofa en el tocador. Inventemos una nueva parafilia donde solo nos podamos involucrar, vos y yo. Mordidas, rasguños y una irreversible creencia de que moriremos si nuestros labios no se llegan a encontrar. El estruendo al encontraros juntos.

Consumid me, y mirad a través del espejo como me voy, de poco en poco, de un tanto en tanto. Que tu saliva adiposa se queme y desintegra el sabor de tus ojos hasta que se sacie mi hambre de ti. Quimérico amor, que sufro por vos; desde el megáfono escuchareis esas lúgubres palabras.

Que no os dejen correr, hasta que cuente diez, hasta que la fabula se vuelva realidad. Consulta los astros, ninguno os dirá que te quiere igual que yo. Dejad que las palabras muden en acción, dejad que todo esto mute a verdad que, en una escala del uno al millón, sois infinita.

Añoro los murmullos incoloros de tu suave corazón, hazme la pregunta más absurda cuando aquel se encuentre entre mis manos, con mis dedos acariciando su interior.

-¿Que comerán los grillos?

domingo, 26 de junio de 2011

Mi vagabundo.

Deja que te diga lo más extraño que por una mente común pueda pasar, quiero ser un vagabundo -al decir te estas palabras no dudo y que por tu mente pase la imagen de un señor sucio con ropa en la misma condición, de barba larga y sin rumbo. Deja que te corrija y te de una definición diferente de vagabundo.

Imagina un señor cualquiera, ropas que no llaman la atención y que lo ayudan a camuflarse entre la urbe, cigarro en mano y con muchos deseos de café. Pensando constantemente en los por que's de cualquier situación y siempre viviendo/disfrutando de la vida, de todos y cada uno de los momentos que le da. El viento, el calor, el frio, la humedad son elementos con los que se deleita y complementa su vida con ellos. El sonido de los grillos por las noches, el mareo de la borrachera, la timides de tomar de la mano a una chica. Viajar sin mirar atras. "Dejate llevar" es su filosofía de la vida.

¿Logras entender la nueva definición?, ojala y pudieras disfrutar tan solo un día de la vida como el vagabundo que te estoy describiendo.

lunes, 20 de junio de 2011

Una vejez en juventud.

Apenas y si hace unos instantes fue cuando comencé a pensar en estos detalles que nos da la vida, en lo viejo que uno se siente cuando mira a las nuevas generaciones hacer lo mismo que hace unos años también hicimos, esos chiquillos gritones, sudorosos, que no se dejan de mover en ningún momento. Que viven, ríen, sueñan, juegan, bailan y quieren como si fuera el ultimo instante en que lo pudieran hacer. No se detienen a pensar en el mañana aun, no tienen tiempo para eso, por que sienten que la vida se les puede ir en un rato.

Apenas hoy me di cuenta de todas aquellas cosas que tenia como las máximas expresiones de encontrarse en la plenitud de la juventud. Una guitarra eléctrica, las uñas pintadas de negro, collares artesanales, pulceras y una chica de la cual estar enamorado. Escuchar en boca de ellos los nombres de grupos que escuchabas en la adolescencia (Korn, Nirvana, Metallica, Slipknot, etc) te hace sentir como si brotaran canas de repente y una melancolía extraña por el tiempo pasado.

Mira los, mira los como corren desenfrenados; como corren bajo la lluvia sin temor alguno a enfermarse, desobedeciendo las advertencias de sus padres. Mira los como se arrojan agua de la fuente, sin importarles que un perro nado allí antes, simplemente ríen, se mojan y tratan de mojar al contrincante. Tan solo en pensar en realizar alguna de esas cosas en este tiempo hace que me arda el pecho pero no de pasión, si no del cansancio de toser tanto cuando me encuentre tirado en la cama, agonizando enfermo.

Apenas hace unos días miraba con cierta incredulidad como se graduaban algunos chiquillos de secundaria, les miraba y recordaba cuando pase por esa misma etapa de la vida. Mis padres mirando orgullosos desde las gradas la ceremonia. Fue como viajar en el tiempo, me vi proyectado en ellos inevitablemente. Pero después volví a lo que soy ahora y comencé a pensar detenidamente en todo lo he logrado avanzar, a pasos pequeños pero seguros.

No niego que me gustaría volver a aquellos gloriosos años en que las desveladas no me hacían nada, cuando podía correr por horas y fumar terminando, cuando decir soy menor de edad atemorizaba a los policías, cuando podía irme a mi casa caminando sin parar, cuando las noches terminaban en una locura extraña como de película Holliwoodense.

Nada como detenerse un poco a mirar el camino recorrido, sonreír por todos los logros y después tan solo continuar.

miércoles, 1 de junio de 2011

La importancia del medio ambiente en Durango.

“La especie que sobrevive no es ni la más fuerte

ni la más inteligente, sino la que responde

mejor al cambio” – Charles Darwin

“Durango es demasiado sucio”, me comento un extranjero con el que hablaba casualmente un día no muy lejano. “Es bonito, sus edificios, sus calles, su gente tan cálida y amable pero tiene ese detalle”.

No era para menos y cualquiera lo puede comprobar tan solo observando nuestro alrededor. Apenas te detienes un poco en cualquier punto de esta bonita ciudad y puedes ver como las personas arrojan basura desde su automóvil, y que decir de su automóvil, echando humo hasta por donde uno no sabia que pudiera arrojar. “Que poca educación” dijo un señor de avanzada edad que se encontraba a mi lado al presenciar algo parecido.

Nos espantamos por el cambio climático, de los fenómenos naturales cada vez más agresivos (ejemplos hay muchos como en Japón con el tsunami, los recientes tornados en Estados Unidos, en México no hay que olvidar la terrible inundación en Monterrey) y nos proponemos intentar hacer algo para frenar aquellos cambios pero solo queda en eso, en el intento.

En nuestra entidad se hace muy poco por el medio ambiente, entre lo que se puede resaltar la planta tratadora de agua, la planta de reciclaje, el uso de aguas tratadas para el riego de las áreas verdes, es poco pero es algo y a la vez insuficiente. ¿Qué pasa con las ladrilleras que no han sido reubicadas aun?, ¿Qué pasa con los automóviles, camiones del transporte publico, taxis en mal estado y que tienen elevadas emisiones de gases tóxicos?, ¿Cuál es la calidad del aire que respiramos todos los días?, ¿Por qué no incentivar el transporte publico para reducir el uso de vehículos particulares?, ¿Por qué no construir ciclo vías? Son muchas las preguntas sin respuesta.

Lo que si hacemos es construir calles y más calles, induciendo cada vez más el uso del automóvil, que además no son funcionales, algunas de ellas finalizan directo en los centros comerciales. Más calles no es más progreso. El exagerado numero de semáforos en las nuevas vías contaminando visualmente, arboles talados existiendo la opción de trasplantarlos a otro lugar.

Mientras otras ciudades en nuestro país toman el liderazgo y la iniciativa en medidas ambientales para mejorar a la vez la calidad de vida de las personas, Durango se esta quedando cada vez más atrás. Solo hay que voltear a ver al centro del país, el Distrito Federal, y mirar las diferentes medias que han tomado creando mayores alternativas de transporte colectivo como la construcción de ciclo vías, el metrobús, la nueva construcción de la línea del metro, la prohibición de regalar bolsas plásticas.

¿Y nosotros? Nosotros seguimos como si no pasara nada, despreocupados, lavando el coche con manguera al igual que las aceras, fugas de agua que son reparadas días después, una utilización exagerada de agua para regar las áreas verdes, ¿de verdad es necesario utilizar tanta y con esa presión?. Tiramos basura sin consideración, utilizamos la energía eléctrica a desdén y aun así quejándonos por las altas tarifas que se nos cobran, igual nos pasa con la gasolina, ¿alguna vez se preguntaron el por que de los aumentos? Utilizamos papel como si fuera un recurso inagotable y hacemos poco por utilizar medidas alternas a esté. Todos los días se pueden ver bolsas plásticas tiradas en la calle, muchas de ellas de tiendas de autoservicio que te regalan por comprar la cosa más insignificante. Los lotes baldíos incendiándose, contaminando el aire que respiramos.

Tenemos muchos ejemplos que podemos utilizar en nuestro municipio para comenzar a hacer un cambio de verdad por el propio bien de todos nosotros y de la próxima generación que viene -ejemplos que daría un claro resultado de aplicarse- hay que pensar en ellos, en los que aun no disfrutan del mundo como nosotros ya lo hemos hecho.

Comencemos por decir “no” cuando nos ofrezcan una bolsa de plástico y no la necesitemos, comencemos apagando las luces que no utilicemos, a dejar de lado el cliché de “andar en camión es para los de bajos recursos”. Pongamos la basura en su lugar, aprendamos a cuidar el agua como es debido y a utilizarla de manera sustentable. Terminemos enseñando esto a nuestros hijos, por que son ellos los que tienen toda la vida por delante, enseñemos a nuestros hermanos, a nuestros padres y a todos nuestros amigos y conocidos.

Hagamos de nuestro mundo, de nuestro estado, nuestra comunidad un lugar mejor para nosotros, para nuestros semejantes.

Facebook: facebook.com/fundacionhabitat


Rocha Solis, Julio. "La importancia del medio ambiente en Durango". Contexto de Durango. 31 de Mayo de 2011. http://www.contextodedurango.com.mx/hemeroteca/2011/mayo/31/pag40.pdf

sábado, 21 de mayo de 2011

Cuando el tiempo no exista.

Fue una noche de octubre, una noche extraña, fría y llena de una soledad nada desconocida. Se podía percibir cierto aire diferente, que nos estuviese dando señales de que comenzaría una noche nada particular. Desperté, aun era de noche –al menos así lo creí- y me encontraba un poco confundido en mi cama por no saber cuánto tiempo había estado dormido. Mire el reloj –marcaba las doce y un cuarto- se me hizo un poco extraño pues a esa hora me fui a dormir, ¿había entonces dormido un día entero o tal vez solo tuve la sensación de haberlo hecho?

Todo me pareció confuso en ese momento, no lograba encontrar la lógica de lo que vivía en ese instante. Me levante, salí de la casa y encontré una situación un tanto bizarra. Gente igual que yo en la calle, totalmente confundida de lo que estaba pasando. Mire a mi izquierda, gente con la mirada perdida en el cielo, sentada en la acera, incrédula de no sé qué. Busque a mi vecino para preguntar porque había tanta gente en la calle a estas horas de la noche.

-Es que el tiempo ya dejo de existir, será de noche por siempre de este lado del mundo- su respuesta me causo más confusión aun.

-¿Cómo deja de existir algo así como así?- me di cuenta que lo había dicho en voz alta y mi mente quedo completamente en blanco, de nuevo, sin encontrar lógica alguna.

-La tierra se fue deteniendo de poco en poco, frenándose por causas aun inexplicables. La tierra dejo de girar y de moverse en su órbita. Sabes, me gusta pensar que se canso de la rutina y simplemente se detuvo a tomar un descanso o tal vez, nunca más vuelva a girar y a caminar alrededor del sol- nunca me miro mientras me decía esas palabras, siempre veía al cielo como nostálgico de la situación. Como si las cosas no fueran a volver a la normalidad.

“El sol ya no saldrá más de este lado del mundo”, “El tiempo a muerto”, son las columnas más repetidas por los periódicos. Todos mostraban pánico, la oscuridad gobierna de este lado. La inseguridad se incremento, debido a que no se podía mantener cada rincón iluminado, todos parecían tan nostálgicos ya. La luna se convirtió en un nuevo sol para nosotros, allí arriba, eterna y con el mismo capricho que nuestro hogar –dejo de girar también.

Las olas eran más altas de este lado casi el doble de lo que normalmente solían ser, la marea subía mucho más de lo habitual, las costas se redujeron considerablemente desde que la tierra dejo de girar, de moverse alrededor del sol como todos los días lo hacía. Los arboles comenzaban a morir, se podía sentir su agonía en el aire, no había suficiente luz para que pudiesen seguir viviendo como siempre lo habían hecho.

Todo resultaba tan extraño; que fuese eternamente de noche llego a gustarme por algún tiempo. Me gustaba mirar las estrellas por largos ratos, mirar la luna, escuchar los grillos cantar por siempre, sentir el frio que solo por la noche se siente sin importar si fuera verano o invierno pero, comencé a extrañar al sol.

Recuerdo alguna ocasión en la escuela, en una clase de geografía de la cual no recuerdo todo a detalle solo la presencia de otras cuarenta personas a mí alrededor, sentadas cada quien en su pupitre gris de metal. Cuerpos sin rostros, borrosos igual que el del profesor. Divagaba entre su discurso extraño y aburrido, un constante bla, bla, bla que resonaba en el aire sin entender uno solo de ellos pero, en un instante todo se aclaro y cayeron a mis oídos unas pocas palabras: “Algún día el sol se apagara”.

Desde entonces me dedique a desacostumbrarme del sol, aun que su calidez me reconfortaba siempre del frio. Que tonta decisión, moriría primero yo antes que él. Me encontraba del otro lado de la tierra, donde todo es oscuridad y donde la gente comienza a extrañar la luz del día. Algunos como yo decidimos irnos lejos de este lugar, del otro lado del mundo pues no había a donde más ir. Tan solo nos dividía un gran océano, tan negro que se veía de este lado que me hacia anhelar tanto ver su azules de nuevo. Tomamos un barco sin importarnos de quien fuese y sin importarnos también si alguno de nosotros sabia navegar, solo queríamos irnos de este lugar, de este extraño sueño del que no podemos despertar.

Conforme avanzábamos sobre el mar miramos como iba amaneciendo de poco en poco y nuestros corazones se alegraron al ver como el astro rey hacia presencia. Llego un capricho a mí en el instante en que vi a esa estrella cálida detenida en el espacio –quisiera ver un atardecer antes de llegar- y así lo hicimos pues no teníamos prisa alguna, el tiempo no existía más, no podíamos llegar ni tarde, ni temprano.

¿Cuántas veces vimos amanecer y atardecer? No lo sé, pero fueron las suficientes veces como para quedar satisfechos y dejarlos en nuestra memoria eternamente. Aun que siempre podíamos volver cuando quisiéramos y repetirlo una y otra vez hasta el final de nuestros días.

Llegamos por fin a un muelle donde poder dejar el barco que habíamos tomado del otro lado, lo dejamos allí para que alguien más lo tomara y pudiera ver lo que nosotros vimos, para que pudiera llegar a la tierra de dónde venimos. Me despedí de todos aquellos con los que hice ese largo viaje y todos tomamos rumbos distintos creyendo haber llegado a un paraíso.

Fue una lástima lo que vieron mis ojos cuando comencé a explorar por esas tierras extrañas en las que no había estado en ningún momento de mi vida. El sol comenzaba a lastimar mi piel –tal vez porque ya estaba tan acostumbrado a la poca luz o porque ya era demasiado árido ese lugar. Constantemente veía incendios, había lugares completamente desérticos, bosques
calcinados, restos de trocos negros de tanto arder durante el interminable día. El sol era más cruel que su contraparte, la luna.

Ya no hubo en mi esperanza alguna de encontrar un lugar en armonía en donde poder vivir, la tierra y su capricho extraño me había cambiado la vida, no solo a mí, a todos sus habitantes. Tuve una idea extraña, algo loca si fueran otros tiempos pero ahora, ahora parecía tan lógica que ya no quise ni pensar un solo momento en que pudiera ser una locura. ¿A que más podría llamarle locura sí la tierra ya no quería girar más? Decidí entonces tomar su trabajo, el que realizo por miles de años. Rodare en su lugar, solo para vivir creyendo que todo volvió a ser igual. Navegare por los mares, rodando y rodando, viviendo… ¿Día a día?

sábado, 7 de mayo de 2011

Paridme en colores..

Una vez dibujaba las ideas congénitas de las variadas concecuencias de aquellos detonantes consumidos a ratos de ocio y malicia. Una a la vez, poco a poco y sin prisa fui dándoles forma a todas las imagenes que llegaban a mi, un subir y bajar en una extraña montaña rusa de un imaginario personal, mi imaginario azhuneano.

Difuminar, los momentos guardados en la memoria como si fueran instantes u obras de arte que algún coleccionista quisiera guardar en su mansión por la eternidad. No quisiere dejar de compartir cada detalle de ello, cada color, cada sabor expresado a la vista, cada sentimiento plasmado tan fielmente que debiere contagiarse y elevarse al infinito.

Ojala las nubes fueran el humo que escupo por la boca cuando fumo, lanzar desde la ventana aquellas miles de nubes que formaran parte del cielo. A una le doy forma de elefante, grande, orejón, de colmillos hasta la punta de su comienzo. Se lo lleva el viento y me entristece ver, como aquella figura se desvanece en el espacio.

Dibujé a un perro blanco tomando agua en un parque cualquiera. De verdoso alrededor, arboles grandes con bastas copas que cubrían los cielos, acompañados de pajarillos en sus ramas que entonaban la primavera de Mozart. Bancas colocadas en un camino que va a quien sabe donde. Mi perrito huyo, se marcho a diez y seis cuadros por segundo, lanzando sus múltiples ladridos en globitos de dialogo como en tira cómica dominical de un periódico vanal. Me desconsuela no saber a donde se dirige pero, se le mira tan feliz, con su lengua de fuera, sus ojos negros y brillantes, y sus ladridos tan vivos.

Cansado, se sentó aquel. En una silla de madera común, encerrado en un cuarto gigantesco y vació, una duela como piso y una ventana grande al exterior que no da a ningún lugar. Despeinado, con una camisa interior, un pantalón bastante desgastado de tanto lavar en función al tiempo que ha sido utilizado y lo más importante, descalzo. Le gustaba al señor saber que seguía vivo sintiendo el frió del suelo que pisaba. Que entorno tan gris, como a blanco y negro. A su lado una mesa pequeña. Encima de ella una cajetilla de cigarros, un encendedor zippo de color dorado con figurillas que asemejan flores y un cenicero transparente sin mucha importancia. Tomó un cigarro de la caja que se encontraba en aquella mesa y lo coloco en su boca seca, busco el encendedor tirando en el intento la cajetilla al suelo y entonces lo encendió, le dio una primera fumada y al instante escupio el humo que abobedaba en sus pulmones. Cabeza abajo como pensando, con el cigarrillo detenido en la mano derecha recargada en la rodilla. Fue ese momento en que le dibujé.

Momentos que ya no recuerdo, momentos que no se si pasaron. Al final les plasme, en una servilleta quizá, en la pared, en la libreta de la escuela o en un algo. Siento contracciones en mi mente, creo que voy a parir otra idea....

martes, 19 de abril de 2011

Vuela Libi... Vuela...

Alguna vez, entre el insomnio y la madrugada, el sonido de los grillos tan resonante y la tan desesperante gota de agua que sale de la llave tan sigilosa, solo para caer lo más estrepitosamente posible sobre una gran olla con agua a medias. Su eco no te deja descansar, en cuanto cierras los ojos para creer que caerás entre sueños la gota vuelve a caer en la olla.



En una cama individual, con los ojos bien abiertos y dando vueltas entre cobijas y sabanas como imitando a un tornado pero en horizontal. Paraste en un instante. Te invadió la desesperación, el estres por el que hacer del día siguiente, el calor de lo externo, la almohada que se volvió la invitada incomoda en tu cama. La golpeas, la torturas pero no se suaviza cual nube. Le expulsas de la cama, lejos muy lejos; requerirá pasaporte la próxima vez que quiera aquella roca compartir la cama.



-Vos que estáis allí, marchemos a un lugar más propio. Donde fuere más grato descansar- Si, estas viendo bien, es una pequeña ave la que te llama. Verde en su espalda y alas, rojo en su pecho, con un peinado punk y una larga cola de plumas hermosas hechas por los mismos Dioses.



-No te sonrojes, solo quiero hacerte soñar. Llevarte a donde nadie más te ha llevado y robarte una sonrisa- Te sientas en la cama y lo miras allí, como si nada, sentado sobre la lampara en forma de estrella. Se cruzan las miradas y vos, te sonrojas. -No fue mi intención ruborizaros con la propuesta, mejor huyamos ya que perdemos al mundo.



No opusiste resistencia alguna, tan solo le tomasté por las plumas de su cola y salieron por la ventana sin temor a caer, sin mirar siquiera hacia abajo, con la Osa Mayor al frente y una luna llena que brillaba sin igual. Todo se tornó oscuro, y más y más estrellas comenzaron a brillar tan intenso en aquel cielo que surcaban. -Quisiera ver una Aurora Boreal, volemos muy al norte hasta que veamos una o nos congelemos- Dijiste con gran entusiasmo y el cielo de un momento a otro se volvió caleidoscópico, como en un acto de magia que alguna vez viste por televisión,. Era un purpura tan aterciopelado y aquel efecto de colores se volvia como si una falda de colores cayese sobre ambos. Despues se hizo la falda roja, un rojo intenso; habia un hechizo en el cielo pues cambio a verde en un instante, un verde de esmeralda. No podias quitar la mirada de colores tan inexplicables.




Tenias en tu rostro la sonrisa más grande que jamás imaginaste, sonreíais de alegría, de no poder creer lo que estabas pasando. -He robado una sonrisa de vos- Le miraste tiernamente y reíste con disimulo.



Cerraste un momento los ojos. Todo se volvió blanco, sin nada al rededor. Se escuchaban leves estridulaciones a lo lejos y sientes un aire frió que entra por algún lugar. Abres los ojos. En un rincón una almohada sobre botellas vacías. Suspiras y el ave de nuevo allí, sentada en la lampara en forma de estrella, esperando por vos.



-Huyamos....



Un pequeño escrito para @corre_lola , solo espero le agrade las pocas letras que logre juntar para ella. Buenas noches...

martes, 15 de marzo de 2011

Une petit souvenir..

Te recuerdo en el café, en mi desayuno de cada mañana, en el libro que comienzo a leer y tú, diciendome ñoño.
*
Te recuerdo cada domingo, arañandome; oculta entre la tenue oscuridad de la noche, las estrellas encima de ti y los murciélagos volando sobre los dos.
*
Te recuerdo todos los días, todas las tardes, todas las noches. En el miaw de mi gato, en los silencios extendidos, al llamar a mi sobrina.
*
Perdón que no te diga te quiero pero, es que no me gusta decir vulgaridades. Mejor ven, y dame un beso. Que no hay sonido más perfecto que nuestros labios chocando.
*
*
*
Felicidades werita, hoy cumples 21 años.
Tout sera bien, cas la vie c´est mieux ensemble et je.. je suis bien ici sans toi mais je sache que tu sois heureuse.

... cenizas quedan.

"No fue bueno pero fue lo mejor" -decia la canción mientras sonaba y yo en mi cabeza trataba de dijerir nuevamente el pasado, abrir viejas heridas, recordar viejos tiempos y dedicarme a pensar en ti.

Tu eres para mi la más especial. Mi rubia hermosa. La unica que me abrazaba fuerte, la unica que recuerda cuando nací, que tan callado puedo ser, que tan loco y extraño me puedo volver, que tan peligroso soy cuando me enojo; la unica que sabe que tan verdes son mis ojos por que desde el primer día que te conocí fue lo primero que notaste.

Nunca te entendi, ni tú a mi. Pero el tiempo que pasamos juntos, todo el, lo atesoro con toda mi fuerza y es lo unico con lo que lucho para no olvidar, me aferro a el, a sus imagenes, a la calidez de estar junto a ti, a tu vosecilla, tus pecas en el rostro y tu aroma suave.

"No fue bueno pero fue lo mejor, todo o casi todo, salio de otra manera". Reza la canción, no se por que me gusta tanto ser como soy. Al final, creo que no gano nada.

sábado, 5 de marzo de 2011

Lo incomodo de lo cotidiano.

-Nada es para siempre...
-Yo siempre te querré........

Desperté de un largo letargo, en una silla giratoria y frente a mi un escritorio antiguo. Paredes de un color intenso, escarchadas con figurines extraños y una luz tan clara que me sentí en quirófano.

-Nada es para siempre...
-Yo siempre te querré........

Gire hacia la derecha. Dos escritorios con el mismo diseño, de la misma antigüedad y con su pareja inseparable detrás -una silla giratoria. Me tallé los ojos como cuando uno despierta de un sueño, me pase las manos por el rostro y fueron subiendo hasta tomar mi cabello y llegar a la nuca para allí, entrelazar los dedos, hacerme hacia atrás y subir los pies a un bote para la basura. Tocí un poco para aclarar la garganta y pasar un poco de saliva. Me encontraba allí, tranquilo y expectante de lo que pudiera pasar.

(Entra una señora, de esas que se resisten a envejecer, ropas juveniles, bolsa de ultima moda al igual que los lentes, con sonrisa fingida y llena de hipocresia)
-Buenos días. Dice ella sin mirar a ningún lugar, sin esperar respuesta, sin detenerse en su arribo.

(Entra otra señora de iguales características. Aquí, en este instante llego a creer que son alguna clase de especie humana extraña)
-Buenos días. ¿Como estas?
-Muy bien, gracias. Contesta la otra.

Ambas, toman asiento en sus lugares e inmediatamente sacan un espejo para mirarse y corregir todas aquellas imperfecciones en su rostro. Lastima, solo pueden ocultarlas ya que siempre estarán allí.

(Entra otra señora idéntica -parecen clonadas todas. En ese momento logro escuchar algunos aplausos y gritos, como en un programa de televisión americano. La señora gira hacia mi sin mirarme y con su sonrisa fingida, de inmediato vuelve la mirada hacia las otras señoras).
-Buenos días. ¿Como están?
-Muy bien gracias. Contestan las otras dos al unísono, sin dejar que su sonrisa hipócrita se borre de su rostro.

Ambas señoras abren un cajón de su escritorio, buscan un poco y logro ver que sacan un estuche largo, lo abren y sacan un puñal que mantienen en su mano derecha. Se levantan de su lugar -sin dejar de sonreír- y se dirijen hacia la señora que acaba de llegar y la abrazan una por una hipocritamente; en el acto y sin remordimiento alguno, clavan el puñal en su espalda. Los espectadores hacen un grito de dolor en las dos ocaciones de apuñalamiento. Me sentí como en los toros.
Las dos señoras se dan la vuelta y en ese momento la apuñalada saca dos cuchillos de su manga y lanza uno a cada una, clavandoseles entre el homoplato y la espina; les dice:
-Logré que pusieran un reloj que registrara las entradas y las salidas, ya no podran llegar tarde ni salir temprano. Los espectadores claman por el momento, una ovación enorme se escucha.

Se retira del lugar sin más que decir, sin quitar su sonrisa hipocrita. Las otras dos, ya sentadas nuevamente en su lugar ciñen las cejas mostrando su descontento por las palabras de la otra. Una voltea a mirar a la otra, toma un puñal del estuche que habia sacado desde que comenzo el día y le dice:
-Pues que lastima para ti, ya no te podras ir temprano COMO SIEMPRE. Con el puñal sostenido con el dedo pulgar y el indice lo lanza, clavandose en su seno izquierdo. Los espectadores rien fuertemente.

La recien atacada toma un puñal de igual forma y lo lanza tan rapidamente y al mismo tiempo que le dice a su victima:
-Ni tú llegar igual de tarde que siempre. El puñal se clava entre sus ojos, dejandole sorprendida. Los espectadores rien y aplauden por tal espectaculo.

Me dieron asco por lo que mejor cerre los ojos, me puse los audifonos y me deje llevar por la musica. Que extraño, acabo de sentir algo en mi pecho...

-Nada es para siempre..
-Yo siempre te querré...



Siempre he creído que un día de estos me quedare completamente loco. Loco por que aun no comprendo por que el mundo sigue siendo lo que es, por que no comprendo la razón de las cosas que muchas veces llegan a ser tan absurdas. De este punto parto.

El día a día, lo rutinario. Me hicieron observar y darme cuenta de lo más extraño que pudiera haber visto. No quiero ser parte de semejante obra de teatro.

sábado, 29 de enero de 2011

Almaceno recuerdos en un Granero.

(Comencé el 29 de enero a las 2:30 am)
Cierta vez, en un instante de la vida que se vuelve placentero me contaron una historia que no logro comprender del todo aun. En el momento en el que me la contaron quede atónito, pues no sabia si me trataban de decir algo por medio de la historia pero, con el transcurrir de los años aquella persona que estimo mucho me confeso que todo cuando me había dicho aquella ocasión era verdad y que no me atreviera a dudar tan siquiera un poco, de cada una de las palabras que salieron por su boca. Siempre me sorprendía de cierta manera cada vez que me hablaba, como las cobras que salen del canasto cuando el encantador hace sonar su flauta, bailan hipnotizadas sin detenerse, como si la música fuera una fuerte droga que les hace vibrar su interior hasta quedar fuera de si.
Volveré a narrar lo que aquella vez escuche con tanta atención y que me dejo embobado por largo tiempo.

Corrían los años 50's, ni eran principios de la década, ni mucho menos iba a terminar, era el punto exacto en el que debía de estar situado todo. Sucedió en un lugar remoto, sin nombre ni importancia por saberlo -que no les invada la curiosidad, ni siquiera en el mapa se observa su existencia. Era una casa en una pradera, de color azul cielo algo desgastado, pequeña pero lo suficientemente grande para que una sola persona se sintiera cómoda de vivir allí. El dueño la había diseñado de tal manera que por la ventana de su habitación se veía el sol nacer y a la entrada de su casa lograba ver todos los días los atardeceres. Es por eso que puso en ese lugar una mesedora donde poder fumar y tomar su taza de café mientras veía con asombro -era un evento al que nunca dejo de asistir desde que comenzo a vivir ahí- como el sol se marchaba.

Frente a esa misma entrada por donde se marcha el sol, existía una gran pradera donde su perro corría libremente sin dar señales de cansancio. Era un perro demasiado loco, lleno de energía aun que de avanzada edad también, blanco completamente y como todos ellos, ciegamente fieles a sus amos, dispuestos a dar la vida sin pensarlo un solo instante. Más allá de la pradera se encontraba un bosque de pinos enorme, donde en ocasiones salían juntos a cazar pues había bastantes tipos de animales ahí habitando. El dueño de la propiedad se encontraba en una edad avanzada y a pesar de ello, seguía teniendo la fuerza de una persona de 30 años; las arrugas de su rostro eran señal de como el tiempo paso por encima de él, su cabello blanco y corto y su carácter como la de una persona que siempre estuvo sola.

Ese hombre al que pareciera que nunca tuvo alguien a quien querer, tenía algo muy preciado al norte de su pequeña casa. Que lo observaba con un cariño tan inexplicable cada vez que desayunaba, comía y cenaba desde la ventana que estaba frente a su mesa. Era un pequeño granero -casi igual de pequeño que su casa- que le traía los mejores recuerdos de su vida. Incluso había veces en que sus ojos se humedecian casi haciéndole llorar, lo que no pasaba pues el era fuerte y, ni siquiera sabiendo que nadie lo observaba se atrevía a derramar lágrimas por lo que alguna vez fue. Aquel pequeño granero se encontraba a escasos 30 o 40 metros de la casa, descuidado pues ya no había cosecha que guardar, ya era demasiado viejo para poder cultivar el solo, la puerta caída, la pintura carcomida por el sol y un rehilete que ya no giraba con nada.

Ese señor que se sentía más fuerte que un roble, inquebrantable; todos los días antes de dormir se conducía a una habitación que se encontraba a un lado de la suya, abría poco a poco la puerta cuidadosamente -como si alguien estuviera durmiendo ahí- y decía casi susurrando "Buenas noches, que descanses". Pero las palabras no llegaban a nadie, no había quien las escuchara y tan solo el viento se encargaba de llevárselas lejos.

(29 de enero de 2011. 4:00 am.
Me detengo para dormir un rato, logre escribir 595 palabras en 1:30 min. Ya tenia escrito el final pero creo que lo cambiare, no me gusta mucho como queda. Mañana continuare.)

(1 de febrero de 2011. 17:44 pm.
Perdi el hilo de lo que estaba escribiendo además de que me di cuenta que así queda bien escrito y añadiendo la flojera que me da terminarle.)

domingo, 2 de enero de 2011

Breve, muy breve.. biografía de mi.

Debieses vos buscad perfectamente a quien quiere encontrad, ¿de verdad me recuerdas? Ni en mi se encuentra tal memoria.

Mi vida no se encuentra llena de silogismos, todo es extraño, atomicamente surreal, de persepciones diferentes y visiones en notas musicales. ¿Imaginas? Mis recuerdos cual sinfonia, me diluyo en fantasia.

Fui parido un noviembre, destinado a no se que, más certeramente a sufrir cual mortal comun. Solo se lo que se, no me aflijo ni me inmuto, no pienso ni mucho menos me torturo. Vivo la vida disfrutando cada instante -bueno o malo- mirando como el tiempo avanza, vivo disfrutando los reflejos de la luz que llegan a mi ojos, las diferentes interpretaciones que le da mi cerebro a esas imagenes, vivo derramando lagrimas -de tristesa, de dolor, de alegria- para sentirme más vivo que antes, más fuerte; vivo implorando la clemencia de los dioses, para poderme largar en paz. Vivo dibujando una sonrisa en aquellos que me lo permitan; vivo prisionero de palabras que no expresan por completo mi ser, solo porciones pequeñas e inexactas de un alma, un espiritu y un cuerpo que conviven en conflicto constante. Creo ingenuamente poder detener un dia de estos al tiempo, en el momento más sublime de mi felicidad, para que nada más importe.

Soy presa de ilusiones, alusiones y alucinaciones, estoy preso.. entre concavo y convexo, sin tangente que me haga escapar. Soy amante declarado de la cafeina, de la nicotina y de los pensamientos que me lleven a viajar a traves de ellas. Gusto de lanzar humo por mi boca, como dragon en furia. Gusto de beber tu amarga dulzura, tenerte entre mis labios. Beberte y querer para mi han mutado en sinonimos.
Gusto de aquel que me causa aceleraciones, mi corazón palpita por vos y ni siquiera te cuadras. Que rapido pasa el mundo cuando transitas por mi garganta, tu caleidoscopica amargura que hace sentir como estalla mi interior, como circula la sangre por mis venas. Tu pureza inigualable.

Dedico un poco de mi tiempo a escribir, sin vivir de ello, sin tener todas mis ideas juntas aun. Me dedico a la constante liturgia del dia a dia, del despertar, asearme, comer y trabajar. Momentos que realizo mecanicamente.

Voy por la vida, buscando personas que dejen una marca en ella. ¿Vos, te atreves?


Dice poco de mi. Me gusto como quedo, solo por eso le publico.