miércoles, 21 de enero de 2009

Carmen. Aquella a la que amé..


Recuerdo perfectamente la primera vez que vi el mar. Llegaba yo al puerto de Mazatlan una noche de primeros de abril, olia a mariscos con un vago olor a sal tambien; (muchas de las cosas que recuerdo perfectamente son por que intervino algun olor al momento de guardar la imagen en mi mente) llegue a tan mencionado malecon y mire completamente petrificado la inmencidad de aquel señor llamado mar.

Y esque son tantas las cosas que aun no tengo el placer de vivir, como andar en bicicleta. Que antes me daba pena decir pero ahora simplemente me vale madres. Eso de pedalear sin parar solo para disfrutar un poco del aire, un poco de los alrededores y mirar a la gente, eso.. eso es lo que aun no se que es lo que se siente. No se nadar tampoco y tal vez nunca aprenda pero no importa, aun asi disfruto de mirar el mar y de sentirlo en mis pies aun que no pueda ir mas aya de donde rebase mi cintura pues un miedo incontrolable se apoderaria de mi completamente. Es que solo la idea de morir ahogado me resulta terrible, no es una de las formas en que me gustaria pereser.

Fue hace tan solo unos pocos dias en que realise el viaje que nunca pense hacer, y que ni siquiera me animaba completamente. Llegar a ese lugar fue algo bastante irreal.. mirar a la gente tan distinta toda, con diferentes dialectos, origenes, colores, banderas. Todo en un solo lugar, tan pequeño aquel, tan perfecto siempre. Encontrarse con ruinas de hace miles de años, llenas de caminos y arboles milenarios. Caminar hasta el cansancio sorprendiendome cada vez mas con cada paso que daba, cureoseando en las tiendas, tocando figurillas mayas aparentemente hechas por mayas y bastante, bastante caras.

Andar por la calle hasta tarde en completa seguridad, por la calle mas oscura que puedas encontrar. Sin cadenas que aten pertenencias o bastones que bloqueen los volantes de los automoviles. Caminar y caminar sin que nadie te conosca, con solo una remota posibilidad de encontrarte con algun conosido. Llegar a un bar y mirar como los demas se divierten a su manera, cantando hasta quedar afonicos, bailando hasta que el cuerpo duela, coqueteando a quien se ponga en frente. Caminar y escuchar de lo que los demas hablan sin entender una sola palabra de lo que dicen aquellos.

Que pacifico aquel lugar, ese que se encuentra lejos de la realidad.

domingo, 4 de enero de 2009

Sobre el año nuevo, mis sueños y demas incoherencias.


Desde hacian un tiempo me la e pasado pensando tanto, en tantas cosas, momentos, situaciones y demas. Esto del año nuevo me hizo pensar un poco acerca del tiempo, de su constante correr, imparable siempre.


Me detuve un rato a contemplar todo a mi alrededor, hasta el más minimo detalle; y mi mente comenzo a realizar uno de aquellos tantos viajes a los que me tiene ya mas que acostumbrado. Me tomo aquella entonses, como siempre por sorpresa y empezaron a llegar a mi imagenes. Primero estaba en un completo vacio, una "nada" completamente blanca que cegaba y comenzo a cambiar de color hasta llegar a ser verde.


Hizo su aparicion el tiempo, en forma de flor.. tan completamente perfecta, de color indescriptible. Camine hacia ella y la tome, me sente en algun lugar del espacio mirando a ningun lugar en especial. No se cuanto fue el tiempo que estuve en ese estado pero al final desperte y mire en mis manos aquella flor que habia yo robado de ningun lugar..


Y asi, sentado yo en el espacio, sobre un diminuto mundo en el cual se encotraba un viejo cerezo. Debajo de el estaba sentado mi ser, admirando aquella flor que atesoraba entre mis manos. Cambió el fondo de aquel escenario, y las estrellas aparecieron.. todas ellas, tan infinitas y hermosas. Y yo seguia alli sentado en ese pequeño mundo, bajo la proteccion de aquel cerezo.


Me sentia en un lugar incomparable, lleno de tantas cosas para mi y a la vez simplemente no habia nada. Fue entonses cuando surgio en mi el deseo de tomar uno de aquellos tantos petalos de esa pequeña flor. Toqué tan solo uno de ellos y las estrellas desaparecieron, el cielo se torno claro y el sol, el ya estaba mas presente que nunca. Y extrañaba mis estrellas, por que vivian en mi completamente pero en especial a mi dulce luna.


Hizo aparicion entonses un nuevo deseo, el de que ellas volvieran a mi pues me hacian feliz y ya no las tenia. Acarisiaba el petalo pero.. despues solo lo corte, dejando a esa flor menos bella de lo que era. El escenario pronto cambio de nuevo, volviendo de nuevo mis amadas estrellas y con ellas mi luna.


¿ Te das cuenta que todo es tan ciclico e interminable ? Justo como el mismo tiempo, pense yo. Pues en ningun momento me di cuenta, ya que me encontraba en un estado de tal felicidad que comenze a acariciar de nuevo uno de aquellos tantos petalos de esa diminuta flor. Todo es un ciclo...


Y asi pase la vida, sentado alli.. muriendo poco a poco consumido por esa supuesta pequeña flor, pasando los dias arrancando petalos e intentado crear una felicidad absoluta.