(Sin algún orden ni coherencia. Solo escribí aquí todo lo que me llevo a pensar este libro y lo coloque como fue fluyendo. Tal vez después le de su orden y coherencia, por ahora solo lo quiero así.)
Cada una de las personas que se dedica a escribir llega a proyectarse de una u otra manera en aquello en que se encuentra trabajando. Hacer algo de manera impersonal, sin que exista atadura alguna que le lleve a una relación con ese gran o pequeño escrito es prácticamente imposible. Cada palabra, enunciado, párrafo, página, capitulo o libro lleva un pedazo de la persona que lo llevo a cabo.
"Crimen y Castigo" de F. Dostoyevsky resulta una de esas obras en las que se proyecta a si mismo de tal manera que se le puede conocer en una intimidad casi inigualable. Es casi como haberlo visto vivir un instante en el tiempo y asegurar que pudiste tocarle, beber con él, comer con él, sufrir con él. Poder saber lo que pensaba en unos pocos renglones y como se afligía por ciertas circunstancias.
Desde el instante mismo en el que menciona las dos clases de personas posibles que hay en este mundo o mejor, que conforman esta sociedad, los que tienen derecho a violar la ley y los que están obligados a respetarla letra por letra. Se lee algo de él allí, un no sé que qué inquieta. Sea verdad o no -las clases de seres en la sociedad- resulta inquietante.
Después la embriagues de Rodion (Raskolnikov), que también refleja algo de él. Esa embriagues que pasa por largos ratos donde se pierde, aun que le llama fiebre.
La existencia de Dios o dios -una maestra de francés me dijo que dios se escribe con minúsculas- y su benevolencia inexistente -o aparentemente- hacia las personas más desdichadas, esa discusión llevada por Rodio y Sonia.
Perder la razón de vivir y existir en un mundo oscuro sin dirección alguna hasta que pasa ese algo que le da de nuevo sentido a la vida. Esa cosa absurda de la que habla/escribe Albert Camus en su libro "El Mito de Sísifo." Es este punto el que siento que aborda más -quizá también debe de ser mi fascinación por el tema- pues no solo le sucede a Rodion, también a Svidrigailof a lo que este último me recuerda la aparente libertad en la que se vive cuando en realidad nos encontramos atados a algo... destino dicen. Como los pájaros, para nosotros que ellos puedan volar a cualquier parte del mundo constituye una de las máximas expresiones de libertad, sus alas las hemos tomado como símbolo de esto mismo, libertad. Pero también es cierto que se encuentran atadas a ellas, no pueden caminar por la tierra por mucho tiempo sin que sean devoradas por un depredador o sumergirse en el agua como los peces. Estan atadas al cielo, al viento, a las nubes, a todo ello.
Svidrigailof es libre, libre de casarse con quien quiera, de hacer lo que quiera porqué tiene el dinero suficiente, de ir a donde quiera porque nada lo ata al lugar donde se encuentra pero, quizá es aquí donde él se sumerge en su ser para reflexionar acerca de su nueva vida, ¿de verdad era realmente tan libre? O tal vez se da cuenta que la única persona que le amaba realmente ya no está y que no habrá alguien más que le ame como ella lo había hecho por tanto tiempo. Pierde allí su razón de vida...
Cuando ya no hay más razón para vivir, cuando el hombre lo ha perdido todo, es capaz de todo.