Deténgase
tan solo un instante para responder a la siguiente pregunta, ¿Cuál ha sido
aquella situación que creyó que sería imposible que pudiera llegar a pasar?
Existen
en la historia de la humanidad grandes desastres que nos recordaran por siempre
la fragilidad en la que nos encontramos en cada momento que vivimos. Ejemplo de
ello es la catástrofe nuclear en Chernobyl, Ucrania ocurrida un 16 de abril de
1986 que provoco la evacuación de 116 000 personas, afectando a 13 países a su
alrededor, desde Italia hasta Suecia, Grecia, Bulgaria, Noruega entre otros y la
contaminación radioactiva 500 veces mayor a la bomba atómica lanzada en la
segunda guerra mundial en Hiroshima. Y aun después de este desastre, y otros
más que se han presentado en años recientes, se sigue utilizando este tipo de
energía para generar electricidad.
Esto
me recuerdo al comportamiento natural por sobrevivir de una rana que, al
arrojarla en un recipiente con agua hirviendo, por instinto de conservación
intentara saltar fuera del agua para no morir. Pero si se le coloca en un
recipiente con agua a temperatura ambiente la rana se quedara allí, y si se
comienza a hervir el agua la rana no se moverá, y la temperatura seguirá
subiendo y subiendo hasta el punto en que la pobre rana deje de existir. Algo
similar nos está sucediendo.
Aquella
metáfora es ampliamente utilizada para describir la indiferencia del ser humano
ante el eventual calentamiento global, ese fenómeno causado por diversos
factores que provoca la actividad humana.
Quizá
para muchos o unos cuantos sea tan solo una “teoría”, un fraude o un
acontecimiento demasiado radical para que esté sucediéndonos, a nosotros, el
ser viviente en la cumbre de la superioridad intelectual y evolutiva de este
planeta. En lo personal disiento de todo radicalismo, me atengo a pruebas bien
fundamentadas, hechos, estudios, etc.
Con
los recientes fracasos internacionales para logran los consensos necesarios en
materia medioambiental, estamos abriendo las puertas a un futuro que no se
vislumbra del todo bueno. En Rio +20, cumbre a donde asistieron 193 gobiernos
en Rio de Janeiro, Brasil el pasado mes de Junio; produjo un texto titulado
“The Future We Want” (El futuro que queremos) donde se deja ver, a opinión de
muchos, un acuerdo muy similar al realizado en la primera cumbre, es poco
ambicioso y no trata de los verdaderos temas que interesan (deforestación,
conservación de la biodiversidad de los océanos, desincentivar el uso de los
combustibles fósiles para comenzar la transición a energías alternativas y
amigables al medio ambiente), tratando tan solo sobre el desarrollo sustentable
de las naciones participantes.
La gran
dependencia de los potencias mundiales sobre los combustibles fósiles para
poder seguir acelerando su maquinaria económica, los nuevos yacimientos de
petróleo y gas en México que paralizaran el uso de energías alternativas y la
falta de acuerdos importantes entre las naciones hacen que la contaminación al
medio ambiente se vea lejos de detenerse.
El
cambio climático está sucediendo, aquí en México lo reportó Milenio y El
Financiero; alrededor del mundo en medios como BBC, Le Monde, La Nación de
Argentina o el diario español El País. El inusual derretimiento de la capa de
hielo el pasado mes de julio en Groenlandia que en tan solo 4 días se habría
desaparecido el 97% de hielo cuando normalmente tan solo se llega a derretir el
40%. Un hecho inusual y sin precedentes.
Parecería surreal el
escenario siguiente pero todo apunta a una mayor preocupación por el
crecimiento económico de las naciones que al bienestar de los pueblos que las
integran. Gabriel Quadri, ex candidato a la Presidencia de la Republica por el
PANAL lo dijo en la columna publicada en El Economista el pasado 29 de julio: “En
un extremo insondable de cinismo, el gobierno estadounidense se apresta a tomar
ventaja del deshielo creciente en el Ártico, para nuevas exploraciones
petroleras. Se prevé que hacia el 2040, en verano, el Ártico esté totalmente
libre de hielo.”
En un mundo ideal,
estaríamos luchando por nuestro bienestar. En el mundo que realmente es, las
naciones ven una oportunidad para explorar nuevos yacimientos de petróleo,
diamantes, uranio y diversos minerales más. La Unión Europea ya está buscando
hacer los acuerdos necesarios con Dinamarca (nación con los mayores depósitos
de tierras raras y metales estratégicos) para obtener los recursos que se
encuentran en esas tierras inexploradas. China no se está quedando atrás y ya
comienza a moverse, el 14 de junio el presidente chino Hu Jintao visito
Dinamarca. El principal tema de su agenda, un acuerdo comercial entre ambos
países, los analistas ven en realidad un acercamiento por los minerales que se
encuentran en Groenlandia.
Otro de los factores
importantes que habría que sumar es el que nos muestra el semanario
internacional de ciencia Nature, en su artículo titulado “Approaching a state
shift in Earth’s Biosphere” (Acercándose un cambio de estado en la biosfera de
la tierra); 22 investigadores de diferentes institutos científicos han
realizado un estudio sobre la perdida de la biodiversidad que es cada vez más rápida.
Según este estudio la mitad de los climas existentes en el planeta podrían
desaparecer, sumando el aumento desproporcionado de la población y el uso indiscriminado de los recursos
naturales concluyen que el planeta, la vida que se encuentra en él y el ser
humano no podrán sostenerse más allá del 2100.
Tomando
en cuenta cada uno de los hechos que están sucediendo alrededor del mundo más
aquellos que se vislumbran, los cuales no podemos dar por hechos si no admitirles
como una advertencia a lo que nos depara si no comenzamos a cambiar actitudes. Se
imponen los intereses financieros de las naciones más desarrolladas por encima
del bienestar de la sociedad y las próximas generaciones, los mayores afectados
son aquellos países subdesarrollados pero eso no quiere decir que estemos
atados a un destino cruel.
¿Qué
mundo nos espera para el 2040?, ¿Qué le vamos a dejar a las próximas
generaciones?, comience a preguntarse de verdad ¿Qué mundo quiere dejarle a sus
hijos?
Rocha Solis, Julio. "La Insensata Debacle." Publicado en septiembre de 2012. Quórum. Poder y Negocios.