miércoles, 16 de diciembre de 2009

Se me fueron.

No se por que siempre, siempre; y que me acaba de pasar hace tan solo unos momentos, olvido lo que quiero escribir. No es necesario mucho tiempo, con tan solo un instante en que mi mente se distraiga de la creación de algo es mas que suficiente.
He perdido muchas cosas que siempre me gustaron, palabras que realmente se transformaban en imagenes que me encantaban, palabras que en ese lapso repetía constantemente pues causaban en mí una muy singular alegría, una sonrisa extraña, un brillo en los ojos inexplicable, un suspiro por el momento que se vive.
Me duele tanto que no pueda recordarlas, es por eso que siempre llevo un papel entre mis cosas pero eso no es suficiente. Olvido la pluma y si no olvido la pluma, olvido comenzar a escribir por que me encanta estar repitiéndome una y otra vez aquella idea que pasa por mi mente.



Y por más que intente, ya sea todo el día, toda la noche, luchando contra mi olvidades; simplemente mis ideas se las lleva el viento, para nunca volver a verlas, para nunca siquiera volver a escribir algo paresido a aquello que nunca jamás se habría podido despedir de mi.
Como odio cuando estoy en esa situación, y es que ni el celular me sirve, ya que comienzo a escribir mis ideas pero del final de ella hacia mi corre el olvido, consumiendo cada una de las vocales y consonantes que formaban alguna linda palabra que se lograban complementar con otras llegando a ser así una frase singular, incluso un párrafo o una cuartilla.
Cuantas cosas no pudieron ser algún cuento loco, algún poema describiendo metaforicamente una de aquellas tantas situaciones raras que me pasan.



Solo me queda lamentarme, lamentarme sin llorar, fumar un cigarrillo y sentarme a esperar a que llegue alguna nueva. Lo bueno es que olvido que olvide, y así me olvido de sentir que les extraño, me olvido de sentir que puse palabras con sentimientos por los aires que respira el vulgo y que aquellos nunca les valoraran.

Eso es lo bueno, que simplemente olvido...