sábado, 30 de marzo de 2013

Del conocerse y saber a donde ir.


Viernes, 29 de marzo de 2013.

Una vez le pregunte a mi padre, de esas dudas que siempre surgen en cualquier momento y que tenemos de pequeños, si alguna vez llegamos a terminar de conocer a las personas. Me dio un rotundo “no” y como la figura más respetable y patriarcal en mi vida le creí sin vacilación, sin juzgar pero teniendo por delante otra pregunta, ¿Por qué?

Desde entonces me dedique a intentar conocer en la mayor medida que se pudiera a las personas que me rodeaban, desde sus aficiones, sus intereses, sus disgustos, lo que les hace feliz, lo que les pone tristes; me tope entonces con que, en un mundo lleno de personas nunca iba a terminar de conocer a cada una y a la vez teniendo estas cierto grado de raciocinio, tienden a cambiar conforme a las diferentes circunstancias que van viviendo, sufriendo, pasando. Confirme entonces que, la tesis de mi padre era (es) cierta. Nunca terminaré de conocer a las personas.

Pase entonces, a conocerme -sin el 'a mi mismo' para evitar la redundancia- y saber el porque hago, digo, pienso, actuó, reacciono de tales o cuales formas ante las adversidades, oportunidades y situaciones diferentes. A conocerme por fuera y mucho más importante para mi, por dentro. La eterna pregunta, ¿Por qué? Y con ella de la mano supe muchas cosas de mí hasta llegar a un punto en que supe más de lo que debía.

Tal vez debiera confesar que me dio mucho miedo saber tanto, hasta el punto en que no puedo soportarlo, que no quiero –a veces- enfrentarlo, pero algo pasa siempre por la mente que reúno lo que me hace falta, llámele valor, coraje, templanza, fortaleza, etcétera; como los caballeros de los cuentos que se colocan su armadura, se ajustan a su cinturón una espada reluciente con incrustaciones de oro y piedras preciosas en su también lujosa vaina, montan su caballo blanco –por eso de que este color representa la pureza y la nobleza- y, a pesar de todo el miedo que les invade por dentro van en busca de su dragón, a enfrentarle o morir en el intento. Es una bonita metáfora sobre el ser humano enfrentando sus miedos, sus retos y su zona de comodidad (o confort si usted le conoce por ese nombre).    

Quizá después de llegar a este lugar nacieron otras tantas cosas y costumbres que antes no estaban, quizá desde ahí es un nuevo punto de partida en mi vida. Un ciclo nuevo, así le dicen las personas hoy en día, ciclos. Me imagino un gran circulo con más círculos en su interior y otros más en su exterior y a la vez, estos mismo círculos emulando al más grande, con círculos dentro y fuera de ellos. Una cadena interminable, infinita, mágica… cósmica.

Te preguntas tantas cosas a lo largo de la vida que pocas veces te das cuenta si es de verdad importante saber la respuesta. A veces no la hay, a veces la descubres, a veces llega como si algo o alguien hubiera enviado el mensaje, algo divino dirán. Simplemente creo que siempre estuvo ahí y solo hasta ese momento nos dimos cuenta de que ahí estaba para nosotros.

Conocerse es una de las tareas más difíciles que se puedan emprender en la vida, te puedes llevar muchas sorpresas, muchos desafíos, muchas… decepciones. Decían los antiguos que todo el conocimiento se encuentra dentro de nosotros, solo hay que saber llegar a el, haciéndonos las preguntas correctas. Mayéutica le decían y con ella fue como supe tanto de mi, pero la use antes de saber su nombre, lo que era y de donde venia; así, como decían los antiguos, un conocimiento que ya sabia. Tal vez aquí compruebo que la tesis de los antiguos es cierta.

"¿Tiene corazón este camino?" es la pregunta que le hace Don Juan a Carlos Castaneda en un libro que escribió este último titulado “Las enseñanzas de don Juan.” Un libro que hace poco leí pero del que ya sabia de su existencia solo que por “x” o “y” no lo había leído. Siempre he pensado que las cosas llegan a su debido tiempo, igual que este libro llego a mí.

“¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita.” Castaneda, Carlos. “Las enseñanzas de don Juan: Una forma yaqui de conocimiento.” 2da. Edición. Fondo de Cultura Económico. México: 2000.
El conocerse implica llegar a callejones que parecen no tener ninguna salida, preguntas sin respuestas, dudas que parecen interminables. Es entonces cuando hay que preguntarse si lo que hacemos es de verdad lo que queremos. Es ese mismo momento en el que recuerdo a Don Juan y su enseñanza. ¿Tiene corazón tu camino?

sábado, 23 de marzo de 2013

La lettre que je n'ai écrite jamais a mon petit Jaguar.


Samedi, 23 mars 13.

Vert, comment la même vie, comment mes yeux, comment tout qu'il y a autour moi. Il est le Crocodile qu'arrive dans ma vie, froid, calculateur, sans rien que perdre et aussi vert. Il était dans un rêve en une place en ma tête, bizarre et inexplicable mais c'est vrais: "Je pense, donc, j'existe" ou en le vieux latin "Cogito ergo sum." Tout est là, et là sera toujours.

Une fois il y eu trois êtres, un Jaguar, un Crocodile y moi, Zhün. Nous sommes très rares, sympathiques, heureux, tranquilles, avec beaucoup choses que nous ayons pour partager. Avec un monde que connaître, avec nouvelle sensations, toucher chaque chose que nous ne connaissions pas et là, là nous pouvons exploser autant que le Big Bang. Où est tout ça aujourd'hui? Nous ne nos rappelons pas, c'est perdre.

Quel jour nous nos avons connu mon petit Jaguar? Je ne sais pas exactement le jour, l'année o l'heure, rien mais vous avez été avec moi toujours. Merci, par ça fois quand vous avez aidé moi la nuit que le Crocodile se tourne fou.

Je pense que mon petit jaguar est mort déjà. Ça me fait très triste cas il me manque. Rien sera le même sans lui et l'autre, mon autre ami et déjà prend tout que mon petit jaguar a forme avec tout se sueur.

Excuse-moi par tout que je t'ai promis. Excuse-moi par tout que nous n'avons été pas. Excuse-moi par tout que je n'ai fait pas pour toi, par touts et chaque une de mes déloyautés. Et finalement, excuse-moi par touts mes excuses, vraiment, pardon-moi. 

Cet un mauvais rêve, avec ton monstrueuse absence et mon incapacité par assimiler que vous n'êtes pas plus ici.

Au revoir mon petit Jaguar.

Zhün