domingo, 28 de octubre de 2012

Domingo.

Hoy hace más de un año que te fuiste mi buen Domingo. Tres días antes te encontré tendio en el suelo y esa mirada que dirijiste hacia mi en ese momento nunca se borrara de mi mente. Esa mirada de auxilio que jamás olvidare.

Lo que quiero recordar hoy son todos los buenos momentos que pasamos juntos, desde las inexplicables formas en las que te metias a mi cuarto para subirte a mi cuarto y dormir juntos. Esas veces como me arrepentia de no bañarte.

Quizá nunca comprendiste cuando te hablaba de estrellas y constelaciones, o cuando platicaba contigo en otro idioma pero me ponias antención como si cada una de esas palabras que salian por mi boca las comprendieses completamente. Tal vez ya no caminemos juntos en la calle por las noches, yo fumando y tú orinando por doquier. 

Te confieso que a veces quisiera tener la sencilles de un perro, ser feliz tan solo con esas pequeñas cosas que me rodean. Olfatear, orinar, morder, ladrar, mover la cola e infinidad de cosas que hacias, incluso se veia como gozabas de la vida cuando dormias boca arriba con la lengua de fuera.

Mi buen Domingo, gracias por todo una vez más. Pronto nos encontraremos de nuevo para volver a caminar juntos.