Conocí a alguien idéntica a ti. Lo mismos ojos, los mismos labios,
el mismo color de piel. La misma manera de mirar, la misma manera de sonreír,
incluso hasta el mismo color de cabello.
La veía y creía que eras tú, no podía (ni quería) dejar de mirarla y
ella bailaba frente a mi con una bella sonrisa en su rostro que me hacia
recordar cada ocasión en que te vi sonreír.
Jamás le pregunté su nombre, tampoco platiqué con ella. Solo me
dediqué a mirarla y contemplar esa extraña y exacta similitud entre tú y ella. Quería no verla pero no podía, era magnética y lo mágico de su bailar me atraía constantemente a ella.
Pero no eras tú, no son tus labios rojos, no son tus ojos de café,
no es tu cabello oscuro, no es tu blanca piel ni tus lunares ni cicatrices. No
es tu sonrisa, no es tu mirada y ni siquiera me miraba como tú lo haces.
(Supongo que así es como se dice "te extraño.")
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