Podría morir ésta misma noche y, lo único que le
reprocharía a la vida sería el no poder volver a
vivir ese instante exacto en el que te conocí.
Podría morirme, aceptar volver a empezar, nacer,
crecer, tener padres diferentes, hablar un idioma
distinto, vivir en otro país, tener hermanos o
incluso no tenerlos y, lo único que le reprocharía
a la vida sería el no poder volver a vivir ese
momento en que todo a mi alrededor se detuvo
y estabas tú allí solo siendo la mujer más perfecta
que mis ojos y mi vida hayan visto jamás.
Todo por ella vale la pena. Todo.
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